Ultima actualización en por Daniel McCarthy · Esta publicación puede contener enlaces de afiliados.
Esta es la cuarta parte de una serie de cinco sobre algunas de las pequeñas cosas que puedes empezar o dejar de hacer y que pueden marcar una gran diferencia en cómo te perciben como líder.
Cuando comencé a capacitar a nuevos gerentes, utilizamos un programa DDI denominado “Gestión de Interacción”. Uno de los tres “principios clave” de liderazgo del programa fue “Pedir ayuda para resolver el problema”.
Según DDI, “mostrar confianza es la mejor manera de recibir confianza a cambio. Los líderes que no intentan resolver todos los problemas por sí mismos sino que involucran al empleado o al equipo muestran confianza. La participación genera compromiso”.
En ese momento, parecía demasiado simplista y un tanto artificial, pero siendo un formador nuevo sin experiencia real en gestión, me apegué al guión y promoví el concepto con entusiasmo. Incluso hicimos que los gerentes hicieran un juego de roles pidiendo ayuda, como si estuvieran aprendiendo un nuevo idioma.
No sabía lo importante que podía ser ese concepto simple para un líder, y no sólo para los nuevos, sino también para los líderes experimentados. Al igual que Bullwinkle, fue el truco correcto, pero a menudo se ejecuta mal.
No puedo decirles cuántas veces he tenido reuniones con altos líderes y al final de la hora, ni una sola vez me pidieron mi opinión. Una vez incluso cronometré el tiempo para un nuevo vicepresidente. Pasaron 57 minutos (en una reunión de una hora) hasta que finalmente dijo: “¿Y qué piensas?”, mientras miraba su reloj. Al menos se acordó de preguntar.
Recientemente me encontré con el concepto nuevamente mientras revisaba el nuevo libro de Tom Peter. “Las pequeñas grandes cosas: 163 formas de buscar la EXCELENCIA”.
Tom llama al concepto Las 4 palabras más importantes. “Las cuatro palabras más importantes en cualquier organización son “¿Qué opinas?” ¿Por qué son tan importantes estas palabras? Lo que realmente estás diciendo es «eres una persona valiosa que tiene una opinión que quiero escuchar». Recuerde (y utilice) estas cuatro palabras y se beneficiará enormemente. “
Realmente me gusta la forma en que Tom ha facilitado a los líderes la aplicación de este concepto. Simplemente memorice 4 palabras y úselas con la mayor frecuencia posible.
Pedir la opinión de los demás, especialmente de sus subordinados directos, es una muestra de respeto y un poderoso motivador.
Sólo recuerda que cuando lo hagas, debes hacerlo en serio. Pregunte con anticipación, no después de que ya haya tomado una decisión. Escuche las posibilidades, no los puntos de desacuerdo.
Expresa siempre tu agradecimiento. Si es una idea equivocada, utilícela como una oportunidad de entrenamiento. Si es un guardián, asegúrese de que la persona reciba crédito por la idea.
Bien, tal vez no sea tan simple. Por ahora, sólo di las palabras. Pruébalo también en casa. Entonces, siéntate y escucha. Escuche también la retroalimentación no verbal: el nivel de energía, el lenguaje corporal, el tono y las expresiones. Verás que gran impacto has tenido como líder.
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