Aprenda a “actuar” como un líder

Nos guste o no, la “presencia” es una competencia importante para cualquier líder. Lo sabes cuando lo ves: un líder con presencia irradia confianza en sí mismo, está seguro de sí mismo, puede apasionarse por sus creencias, llama la atención, se comunica bien y hace que las personas que lo rodean se sientan mejor y más seguras de sí mismas.

Independientemente de cuál sea su posición respecto de los candidatos presidenciales, está claro que Bill Clinton y Ronald Reagan lo tuvieron, mientras que Gerald Ford y Jimmy Carter no. La presencia presidencial o la falta de ella a menudo queda expuesta en el duro resplandor de los debates televisados, y como descubrió Richard Nixon en las elecciones presidenciales de 1960, puede hacer triunfar o deshacer a un candidato.

Una de las razones por las que Reagan tenía una presencia escénica tan fuerte fue que se formó como actor. Los principales programas de desarrollo ejecutivo llevan mucho tiempo incorporando lecciones de actuación en sus programas y/o coaching de seguimiento.

No me malinterpretes: el liderazgo no se trata de ser falso o tergiversarse. La autenticidad es aún más importante, ya que la gente no seguirá a alguien en quien no creen. Sin embargo, es una pena cuando la falta de presencia en el escenario se interpone en el camino de otras fortalezas e ideas de un líder potencial.

Dado que es posible que no todos quieran tomarse el tiempo o gastar dinero para tomar lecciones de actuación, aquí hay cinco técnicas de actuación en las que puede comenzar a trabajar para mejorar su presencia de liderazgo:

1. Presta atención a tu “entrada”. Las personas se forman impresiones inmediatas y duraderas basándose en cómo entras a una habitación, tus características físicas y las primeras palabras que salen de tu boca. Piensa en la impresión que quieres dejar en la gente y crea una visión para tu entrada. ¿Dejará la impresión que quieres crear? Dar la mano (con firmeza) y presentarse a cada persona (con una sonrisa) en la sala es una excelente manera de conectarse con las personas y crear esa impresión instantánea y duradera.

2. Entrega de tus “líneas”. Preste atención a sus palabras verbales (volumen, tono, velocidad, elección de palabras, articulación), así como a sus no verbales (gestos, postura, expresiones faciales, movimientos). Su entrega debe respaldar y alinearse con su mensaje, o la gente no escuchará lo que tiene que decir.

3. Conozca sus líneas. La presentación fluida y articulada no ayudará si no conoce el tema. Debe tener confianza, estar bien informado y saber realmente de qué está hablando, o perderá credibilidad. No alguna vez dejar este te pasa!

4. Involucre a su audiencia. Los actores saben cómo conectarse y relacionarse con su audiencia. Te apetece invitarlos a tu salón a tomar una cerveza o un café. Involucrar a su audiencia significa invitarlos a participar, hacer preguntas, escuchar y hacer que se sientan bien con su participación.

5. Salir, escenario a la izquierda. Saber salir es casi tan importante como tu entrada. Recordar los nombres de las personas, sus preguntas o inquietudes, resumir los compromisos de seguimiento, volver a enfatizar sus mensajes clave y su postura física son componentes importantes de una salida sólida. Quieres que te vean cabalgando hacia el atardecer, no escabulléndote de la habitación como si acabaras de cometer un crimen.

¿Hay actores por ahí? ¿Qué otras habilidades escénicas podrían agregar los aspirantes a líderes a su repertorio?