Una de las cosas que más me gustan de los dibujos animados es la oportunidad de tomar algo familiar y transformarlo en algo nuevo.
No recuerdo dónde escuché recientemente, “Ahora recuerda, déjame hablar todo” (huele a escritura de comedia), pero me alegro de haberlo notado porque terminé no solo con la caricatura anterior, sino también con una extra que involucra a un ventrílocuo y su muñeco.
A veces las ideas se esconden a plena vista de esa manera.