Mantengo mi oído atento a las palabras y frases con las que puedo jugar. Es como esta pequeña pantalla inconsciente a través de la cual filtras todo lo que entra en contacto. La mayoría de las veces, cuando algo se pega, lo anoto en un trozo de papel y luego lo busco en busca de ideas. Recientemente, me encontré con uno que decía «te lo dije» y me puse a trabajar para conseguir una caricatura.
Hay muchos frutos maduros que acompañan a «te lo dije», pero la frase tiene cierta presunción que no funcionó para mí. Entonces comencé a jugar con diferentes formas de decirlo:
- ¿Ver?
- ¿Qué te dije?
- Lo vi venir.
Pero el que se quedó fue «¡llamado!» Y este tipo que mueve los brazos me vino a la mente casi de inmediato. Espero que disfrute de su victoria, porque de alguna manera no creo que trabaje allí por mucho tiempo.