¿Qué obtienes cuando cruzas a un maquillador profesional con conocimientos de negocios y una visión de libertad creativa para maquilladores de primera calidad? Obtienes brillo y glamour.
En 2010, cuando solo tenía 24 años, la exmaquilladora Nikki Robinson decidió crear su propia empresa. Ya como veterana de la industria de la belleza y la moda, Nikki también había trabajado en marketing, desarrollo de productos y marcas en compañías tan notables como LVMH, Avon y Bath & Body Works. A partir de su experiencia acumulada, decidió llenar lo que vio como un gran vacío en la industria.
Robinson notó que había, «… una cantidad asombrosa de talento en la industria del cabello y el maquillaje que trabaja con celebridades, películas y revistas, pero no hay empresas que se ocupen de llevar el talento al cine y la televisión y también a clientes privados y novias». Esta fue la inspiración para Gloss and Glam.
Su empresa se basa en una noción muy simple que tiene mucho sentido. Los artistas profesionales deberían poder explorar su pasión y creatividad, trabajando en diferentes áreas del negocio reuniendo inspiración y experiencia. Por lo tanto, en lugar de encasillarse en un estilo o tipo de trabajo, los artistas de Gloss y Glam trabajan en cine, televisión, comerciales y pasarelas, así como para novias y otros clientes privados.
Como puede imaginar, todos se benefician de este arreglo. Los estilistas de Gloss y Glam son completos, tienen experiencia y están entusiasmados con su trabajo. Funcionan como una especie de familia extendida, comparten sus conocimientos entre sí y, a menudo, colaboran en proyectos. También son conocidos por su alto grado de profesionalismo y confiabilidad, valores en los que Robinson insiste como sello distintivo de su marca.
Como propietaria de un negocio, Nikki reconoce el alto nivel de responsabilidad hacia las personas cuyo sustento depende de su éxito. Uno de sus primeros grandes desafíos fue hacer su balance final, para poder pagar a todos con regularidad. Aun así, siente que los beneficios de ser empresaria superan con creces las presiones. Como única propietaria de su empresa, puede implementar cambios en tiempo real, lo que le brinda la capacidad de responder a estilos y tendencias sin pasar por muchas capas de toma de decisiones corporativas. Por ejemplo, sus artistas ofrecen todos los productos ecológicos para sus servicios, algo que coloca a su empresa a la vanguardia de las prácticas de sostenibilidad de la industria.
Habiendo celebrado el segundo aniversario de la compañía en marzo, Robinson se complace en reportar un crecimiento cuadruplicado en 2011. Y las cosas se ven bien para 2012: el primer trimestre ya es mucho mejor que el año pasado, ya que continúan cumpliendo con una serie en constante evolución de objetivos. “Gloss and Glam tiene más éxito de lo que jamás imaginé”, dice.
Al notar que la cantidad de empresarios masculinos en el mercado aún supera con creces la cantidad de mujeres, siente la increíble presión de tener éxito. Aún así, alienta a los jóvenes, especialmente a las mujeres jóvenes, a creer que pueden tenerlo todo si están dispuestas a correr el riesgo.
Su consejo para los empresarios novatos es que es una opción fantástica, llena de todo tipo de libertad, pero definitivamente no para los débiles de corazón. “Si no asumiéramos riesgos, no seríamos capaces de hacerlo”.