Nuestros funcionarios electos prestan una atención desproporcionada a las pequeñas empresas cuando se las evalúa desde la perspectiva del impacto económico. Las microempresas representan una pequeña fracción del PIB y del empleo, pero nuestros funcionarios electos se tropiezan unos con otros tratando de ayudarlos y elogiarlos.
¿Por qué las microempresas son tan importantes para los formuladores de políticas?
Creo que la respuesta está en los dos gráficos que se muestran a continuación. Si bien las empresas con entre cero y cuatro empleados representan sólo el 5 por ciento del empleo del sector privado, representan el 61 por ciento de todas las empresas con empleados. Por el contrario, las grandes empresas –empresas con 500 o más empleados– representan la mayoría (51 por ciento) del empleo en el sector privado, pero comprenden menos del uno por ciento de las empresas.
Este patrón ayuda a explicar por qué los políticos ven las microempresas de manera tan diferente a muchas otras personas. En lugar de centrarse en el impacto económico de empresas de diferentes tamaños, los políticos se concentran en el número de empresas de cada categoría de tamaño.
Esa perspectiva tiene sentido cuando se obtiene apoyo en una elección, pero también dificulta que los políticos formulen políticas efectivas. Hacer esto último a menudo significa concentrarse en la minoría de empresas que más contribuyen al empleo y al PIB.
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