Verificación de hechos: 7 conceptos erróneos comunes sobre el liderazgo

¿Un líder nace o se hace? Ser un líder no es tarea fácil y requiere muchas habilidades para ser bueno. A continuación se presentan algunos conceptos erróneos comunes sobre el liderazgo.

1. Los líderes disfrutan ser el centro de atención.

Mucha gente considera que un líder está siempre en el centro de atención y es un líder desde el frente. Y en la era de la tecnología y las redes sociales que proliferan las 24 horas del día, los 7 días de la semana, un líder podría incluso ser una máquina de relaciones públicas unipersonal.

Pero un líder verdaderamente bueno es aquel del que no se oye hablar. Los que trabajan detrás de escena y no están interesados ​​en ser el centro de atención.

Algunos líderes exitosos son incluso introvertidos y pueden ser eficaces en las circunstancias adecuadas.

2. Los líderes disfrutan despedir y castigar a la gente.

Es cierto que a algunos líderes no les importa tener que cometer el acto sucio de despedir a alguien. Extender esa idea a todos los líderes es uno de los conceptos erróneos más comunes.

Sin embargo, un buen líder debe ser capaz de reconocer que cada empleado bajo su cuidado es una persona con vida propia. Un gran líder debe ser capaz de reconocer que sus comentarios pueden afectar la productividad y que despedir a alguien puede afectar profundamente a esa persona y a sus familias.

3. Los líderes no trabajan, sólo delegan.

Nuevamente, puede haber líderes que utilicen este estilo de liderazgo, pero no es efectivo.

Un líder verdaderamente excelente debe ser alguien que pueda encontrar a la mejor persona para realizar su tarea y brindarle los recursos para hacerlo.

Esto lleva a los líderes a investigar, encontrar y analizar datos. También necesitan organizar reuniones, planificar proyectos futuros y organizar eventos y actividades. Esto requiere tiempo y esfuerzo, que es trabajo.

4. El liderazgo no es un derecho de nacimiento.

Un gran liderazgo suele definirse por alguien responsable, apasionado y comprometido con su carrera.

Algunas personas tienen suerte y nacen con algunas de estas habilidades, pero afortunadamente, cualquiera puede aprenderlas para convertirse en un líder.

Los líderes se forman principalmente a través de la experiencia; nunca nacen listos. Los líderes deben poder valorar las opiniones, crear una cultura de confianza y actuar con humildad.

Como dijo Arianna Huffington: «El gran liderazgo y la creatividad no surgen de un lugar de agotamiento y agotamiento».

5. Los líderes no tienen que responder ante nadie.

Ya sea que un líder sea un gerente de bajo nivel, un intermediario o el director ejecutivo, todos deben hacer una cosa en común: responder ante los demás.

Es muy posible que sientan que están por encima de la ley y que no tienen que escuchar a los demás. Este es uno de esos conceptos erróneos comunes que pueden hacer que las empresas se vuelvan locas.

Sin embargo, necesitan la aprobación de los inversores, los clientes, los empleados y el público. Sin ellos, su negocio se acaba.

6. Los líderes no lo saben todo.

Puede ser fácil imaginar que su jefe es el oráculo de todo el conocimiento, pero, de hecho, cualquier líder tiene límites.

Además, nadie puede ser experto en todo. Los grandes líderes se rodean de empleados capacitados que pueden ayudar a llenar los vacíos de conocimiento.

El liderazgo no debería consistir en líderes y seguidores, sino en liderar con un sentido de propósito y crear equipos de alto rendimiento.

Los mejores líderes son aquellos que son para siempre estudiantes en un viaje continuo en busca de conocimiento. Una lección aprendida es una lección ganada.

7. Los líderes son aquellos que tienen un título.

Un título no hace a un líder. Algunas personas son líderes fantásticos y no ostentan ningún tipo de título, prestigio ni nada similar.

Ser líder consiste en hacerse cargo y lograr que otros actúen en consecuencia. Las habilidades no requieren títulos.

Ser líder no se trata del título, se trata de comprender a los demás, tener pasión y actuar.